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Caracas, 13 de mayo de 2015.- Espacio lleno de vida con monumentales plazas y estatuas, único de la ciudad, así es el Parque Ezequiel Zamora, conocido como “El Calvario”, donde los visitantes acuden para disfrutar de las bondades que ofrece.
Ubicado entre las parroquias 23 de Enero y San Juan, recibió mantenimiento integral por parte de la Fundación para la Protección y Defensa del Patrimonio Cultural (Fundapatrimonio), donde las cuadrillas de trabajadores apoyaron con las labores de recolección de desechos sólidos, barrido profundo, desmalezamiento, pintura en los espacios necesarios, así como la limpieza de la fuente de agua.
Una de las visitantes al Ezequiel Zamora, es la señora Doris Castillo, quién llamó a la conciencia de las personas a conservar el área. “Me encuentro en este bello lugar, en compañía de compañeros de trabajo realizando un taller de alimentación y nutrición. Es un área muy bien conservada y cuidada”.
Asimismo, se puede observar todos los días a las personas que acuden a este emblemático parque realizando actividades culturales y recreativas, las cuales generan la sana convivencia.
Lugar de encuentro y descanso
Sus orígenes se remontan al período de la conquista de la ciudad de Caracas. El 19 de febrero de 1873, Antonio Guzmán Blanco, decretó la construcción de este maravilloso espacio público, el cual se denominaba “Paseo Independencia”.
En sus diferentes terrazas se sintetiza la expresión ecléctica que reúne varios estilos del paisajismo, el renacimiento y manierismo italiano (en sus arcadas, riscos, balaustradas y bancos), barroco francés (en sus escaleras, bancos y jardines ornamentales) y el post-modernismo de finales del siglo XX en algunas de sus estructuras. En sus amplias áreas, podemos deleitarnos con obras de gran sentido artístico.
